sábado, 20 de julio de 2013

Predicar con el ejemplo ¿Es posible?

Un sacerdote que abusa de niños es protegido por sus pares. La sociedad espera que se lo separe de su iglesia y sea castigado en la tierra y con las leyes humanas, como humano que es.

Oímos relatos de curas que han estado en campos de concentración, dando más consuelo espiritual a torturadores que a torturados.

Hoy, 2013, eso no parece tan lejano.
En Chaco, Argentina, un cura ha colgado de un árbol a una perra para ahorcarla. ¿El delito de la sentenciada? Molestar al pastor octogenario Gerardo Vogt, su victimario.
Al querer evitar esto, cuentan los relatos periodísticos, el enfurecido "hombre santo" empuja a un hombre y patea en el estómago a una mujer. Esperable. Con quien no puede defenderse el psicópata ejerce más fuerza física. Con quien puede enfrentarlo, se refrena.

Con tantos cambios anunciados por la mayor autoridad cristiana en el Vaticano, tanto como tomar para si el nombre del "santo de los animales", es esperable un castigo ejemplar para quien viola el más preciado de los derechos de un ser vivo: el derecho a la vida.

Mientras tanto, frase de un tal Tomás, el mundo espera ver para creer.